El mango es originario del sudeste asiático, fue introducido en Canarias a finales del siglo XVIII. La producción de esta fruta se da mayoritariamente en regiones de climas tropicales y subtropicales, por eso en España solo se cultiva en dos regiones, Andalucía y Canarias.
Este alimento tiene una piel cuando está maduro que adopta una gama de colores que van del verde, amarillo o naranja hasta el rojo intenso. Mientras que la pulpa es de un color amarillo anaranjado, dulce, jugosa y sabrosa. Presenta un sabor y una textura muy diferentes al resto de frutas.
Es una fruta dulce y refrescante de fácil consumo y digestión. Sus propiedades nutritivas varían en función del tipo y grado de madurez, aunque todos destacan por su elevado contenido en agua y su gran riqueza de nutrientes.
Destaca por su capacidad para proteger al organismo frente a varios tipos de cáncer, como el de mama, leucemia, próstata y colon. Esta fruta está repleta de varios nutrientes esenciales que refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a combatir enfermedades graves.
Una de las razones por las que el mango es eficaz en la prevención del cáncer es por su alto contenido de antioxidantes, estos son sustancias que combaten los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las células y generar enfermedades crónicas, como puede ser el cáncer.
Contiene compuestos bioactivos como polifenoles y betacaroteno, que son conocidos por sus propiedades anticancerígenas. Ayudan a evitar a la mutación celular y su expansión descontrolada, factor determinante en el desarrollo del cáncer.
En el caso del cáncer de colon, el mango es rico en fibra, algo que contribuye a la salud del sistema digestivo y reduce el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. La fibra contribuye al proceso digestivo y ayuda a eliminar del organismo sustancias dañinas, previniendo la acumulación de toxinas en el intestino.
Además de ayudar este tipo de enfermedades, el mango es beneficioso para más aspectos de la salud. Es fuente de vitamina A y C, que contribuye el cuidado de la piel, la vista y el sistema inmunitario. Contiene potasio y magnesio, minerales que regulan la presión arterial y mejoran el funcionamiento del corazón. Su fibra aporta sensación de saciedad que ayuda a controlar el hambre.